TALLER DE COMUNICACIÓN II
TEORÍA FUNCIONALISTA
La sociología funcionalista completará
el modelo desde una visión macro, primero al
entender a la sociedad total como una
estructura del todo y sus partes (instituciones)
interrelacionadas en una dinámica para
preservar el orden social o equilibrio, en una
tendencia conservadora. Segundo al ver a
los medios masivos como una parte de
la sociedad, instituciones que cumplen
con funciones, en lugar de efectos (Wright,
1960)
Defi nición de sociedad y comunicación
masiva desde el funcionalismo:
Sociedad: conjunto de necesidades y conjunto de
instituciones para satisfacerlas…
la función de una institución social
cualquiera es satisfacer alguna…de estas necesidades.
Toda sociedad humana tiende al
equilibrio mediante mecanismos para
regular sus confl ictos o disfunciones,
las cuales le ayudan a perfeccionarse. Las
instituciones se interrelacionan en una
estructura social donde cada uno de ellos se
afecta
si alguno deja de funcionar Paoli, 1979)
Los medios se convierten en instituciones sociales
que cubren ciertas necesidades.
“La cuestión es quizá más espinosa: no
son los elementos técnicos de los modernos
sistemas de comunicación los que los
distinguen como medios masivos, sino que la
comunicación de masas es un tipo
especial que involucra ciertas condiciones operacionales
distintivas, principalmente acerca de
cuál es la naturaleza del auditorio, de
las experiencias de comunicación y del
comunicador. (Wright, 1980)
La función social se refi ere a las consecuencias
observables para satisfacer una
necesidad. Pueden ser manifi estas (se
logra lo esperado) y latentes (no se logra lo
deseado, es inesperado). Disfunción es
el no cumplimiento de la actividad o función
requerida
para la sociedad.
Así, Wright introduce la pregunta
síntesis del funcionalismo: ¿Cuáles son 1-las funciones
y 2- disfunciones 3- manifi estas y 4-
latentes de la masa, comunicadas por
medio de la 5- vigilancia, 6-
correlación, 7- transmisión cultural y 8- entretenimiento,
para los sistemas 9- sociedad, 10-
subgrupos 11- individual y 12- cultural?
Schramm (1970) agregará al modelo lineal
(E-R) la retroalimentación, un elemento
importante, pues es capaz de poner en
evidencia la reacción y los efectos logrados
en el comportamiento de la audiencia;
una vez percibida por el emisor funciona como
input para ayudarlo a redireccionar u
optimizar el mensaje en función del efecto específi
co
que intenta causar en el receptor.
Finalmente, conviene resaltar un aspecto
político de las teorías de comunicación
masiva que se adhieren al modelo lineal
(estímulo-respuesta), su posición ahistórica
y acrítica del sistema capitalista, pues
sólo están interesadas en conservar el
orden social establecido. Más adelante
veremos que las teorías agrupadas dentro
del modelo crítico, en oposición al
modelo lineal funcionalista, se situarán en una
permanente crítica a la sociedad
capitalista, para develar sus mecanismos ocultos
de explotación y manipulación ideológica
a través de diferentes aparatos de Estado,
la Iglesia, la escuela y/o los medios de
comunicación. Buscará la superación de la
lucha de clases (burguesía-proletariado)
y la liberación social del hombre, en una
nueva sociedad, la socialista y
comunista.
EL MODELO CRÍTICO
Este modelo crítico tiene varias
vertientes: la teoría crítica3 de Frankfurt, los estudios
culturales de Inglaterra, la semiótica
de la cultura y la escuela latinoamericana. Todos
tienen en común el cuestionamiento al
sistema capitalista en una franca oposición
al modelo lineal funcionalista. Centran
su atención en la ideología como agente de
control social y en las formas de
transmisión cultural en la modernidad.
La teoría crítica de la escuela de
Frankfurt, Alemania (1923) (Adorno, Horkheimer,
Marcuse, Fromm) propone la reorganización
social superando la crisis de la razón
instrumental, donde el destino de los
individuos depende de relaciones económicas
incontroladas, hacia “…la programación
de la realización de las posibilidades humanas.”
(Marcuse, 1936)
La sociedad capitalista es un edifi cio
social conformado por una base económica y
una superestructura ideológica, un orden
social caracterizado por un modo de producción
de mercancías que divide el trabajo en
dos clases sociales antagónicas, la
burguesía (clase dominante) dueña de los
instrumentos de producción que busca
la ganancia y acumulación de capital
(plusvalía) y el proletariado (clase explotada)
poseedora sólo de su fuerza de trabajo.
Las relaciones son de alienación pues el
sujeto es ajeno e incapaz de reconocer
sus aportes a una realidad que se le impone.
(Paoli, 1979)
En este marco de una sociedad
industrial, dividida en clases y autoritaria, la comunicación
masiva surge como una Industria más, una
industria Cultural, como nuevo
agente inaudito de control social y
psicológico. “Los medios de comunicación son
una parte de la sociedad global que
condiciona y es condicionada por ella y tienden
a generar o a reforzar formas de ver el
mundo, mediante estructuras signifi cativas.”
(Paoli, 1979)
Entonces, el hombre está en una sociedad
que lo manipula a su antojo:
el individuo actúa según esquemas
rigurosamente prefi gurados. Es impulsado
y
manipulado por el aparato de poder sin tener conciencia del sometimiento.
El individuo aplastado para no
sustraerse a su condición de tal, para no tomar
conciencia de su situación miserable, se
enajena, deja de ser y se evade en lo
imaginario. Pero esta evasión concluye
en la identifi cación con aquello que lo
oprime. Al cerrarse el proceso de
manipulación, queda como residuo una sed
de individualidad insatisfecha y un
fuerte sentido de frustración a causa de la
represión sobre aquello que tendía a
escaparse de la generalidad de la chatura.
(Marafi oti, 2005: 187)
Las industrias culturales de control de
las conciencias se caracterizan por un modelo
de comunicación que interrelaciona sus
elementos en tres etapas:
Producción: son empresas organizadas y
especializadas para producir mensajes
como mercancía. Están condicionadas por
el mismo contexto político-económico y
utilizan muchas tácticas de dominación y
manipulación: 1.- se fabrican para un consumo
distraído no comprometido, sin pensar;
2.- se construyen con estructuras multiestratifi
cadas de varios signifi cados
superpuestos que colaboran en el resultado; 3.-
se estereotipan personajes o géneros que
organizan y anticipan “…las experiencias
de la realidad social del individuo.”
(Wolf, 1987: 101)
Circulación: es la etapa de transmisión del
producto condicionado según el medio y
los contextos de producción y recepción.
Los medios ponen en relación las diferentes
clases sociales mediante un producto que
tiene un valor en el mercado y compite
según tendencias de homogeneización,
tematización y el medio dominante.
Consumo: los mensajes se reciben en contextos
particulares de recepción que son
interpretados desde la propia vida
cotidiana, pero muchas veces sin darse cuenta de
los mecanismos de manipulación, se
apropian esquemas ideológicos ya prefi gurados.
Así, es importante desde esta postura
crítica explicar la ideología dominante y
sus estrategias de dominación.
Por tanto, desde esta postura la
comunicación de masas es un nuevo mecanismo de
control social de las sociedades
modernas. La ideología es una especie de adhesivo
social y la comunicación de masas es el
mecanismo particularmente efi caz para
esparcir el adhesivo y así estabilizar
las sociedades.
Desde otra postura, los estudios
culturales (Inglaterra, 1956) retoman aportes de
Escuela de Frankfurt, la tradición
humanista y la crítica literaria, pero ponen el acento
en la transmisión cultural y el estudio
de los medios desde lo cultural, es decir, en la
mediatización de la cultura moderna:
“…proceso general por el cual la transmisión
de formas simbólicas llega a estar cada
vez más mediada por los aparatos técnicos
institucionales
de las industrias de los medios de comunicación” (Thompson, 2002)
Los primeros planteamientos (Morin,
1962) estudian la cultura de masas en interrelación
con otras culturas, a la cual
caracterizan como masiva, la más nueva del siglo
XX y con contenidos estandarizados,
homogeneizados y de calidad media. Por ello,
los medios masivos serán asunto de
debate acerca de los cambios culturales y el
control social de la época moderna.
El análisis de la comunicación masiva
debe cambiar primero sus términos engañosos:
masa por el de sujetos plurales y
situados socialmente y comunicación por
difusión, pues instituye un fl ujo unidireccional
de mensajes y una ruptura entre
productor y receptor. Segundo debe tomar
en cuenta tanto el contenido simbólico
de los mensajes mediáticos, como la
compleja trama de las relaciones sociales que
subyace en la producción y circulación
de estos mensajes. Así defi niremos:
a) La comunicación masiva como “la producción institucionalizada y
la difusión
generalizada de bienes simbólicos a
través de la fi jación y transmisión de contenido
informativo o simbólico.” (Thompson,
2002: 319)
b) La ideología (cultura de masas), como signifi cados
al servicio del poder y que le
sirven o no para mantener de manera
sistemática relaciones asimétricas y de dominación.
Es gracias a los medios que los
fenómenos ideológicos se han transformado
en fenómenos masivos.
c) Los medios como instituciones dedicadas a la
actividad social de fi jación, reproducción
y mercantilización de las formas simbólicas
en las que están implicadas la
producción, transmisión y recepción. Así
los medios poseen cuatro características:
1. Producción y difusión
institucionalizada de bienes simbólicos. Instituciones
especializadas se dedican a la
producción y difusión en gran escala de bienes simbólicos.
El medio técnico permite que las forma
simbólica sea fi jada con diferentes
grados de durabilidad. Esto le da la
posibilidad de almacenar información que luego
pueden usarse para diferentes formas de
poder. También los medios técnicos posibilitan
cierto grado de reproducción o la
posibilidad de producir múltiples copias
de un mismo producto simbólico. La
reproducción de productos simbólicos es una
de las características clave que subyace
en la explotación comercial de los medios
masivos, pueden ser comercializados, es
decir, pueden volverse mercancía en el
mercado. Pero también existen ciertos
grados de control sobre la reproducción de
una obra (derechos de autor) aspecto
crucial para la industria de los medios.
2. Ruptura entre producción y recepción
de los bienes simbólicos. Se
refi ere a
la separación en espacio y tiempo entre
quienes producen los bienes simbólicos y los
receptores
que los consumen. Los contextos de producción no son los de recepción
y debido al fl ujo unidireccional de mensajes
que limita la participación del receptor
en la producción y difusión, se genera,
en consecuencia, que los productores estén
desprovistos de realimentación, lo cual
genera una característica de indeterminación
para conocer las respuestas de los públicos.
Por tanto, tienen que usar estrategias
como fórmulas probadas, investigaciones
de mercado, etc.
3. Amplía la disponibilidad de las
formas simbólicas en el tiempo y en el espacio.
Comprende el desprendimiento de una
forma simbólica de su contexto de
producción, espacial y temporalmente,
que luego es reimplantado en nuevos contextos
que pueden estar localizados en otros
tiempos y espacios. Debido a la ruptura
instituida entre producción y recepción,
la naturaleza y alcance del distanciamiento
depende de las prácticas sociales y de
las condiciones técnicas de recepción, según
si los receptores poseen medios técnicos
o el horario corresponde a su organización
social de sus vidas diarias.
4. La circulación pública de las formas
simbólicas. Las
instituciones de comunicación
masiva tienen por objeto llegar a un
público tan amplio como sea posible,
pues de lo contrario le afectará en la
valoración económica de sus productos. Estos
se producen para una pluralidad de
receptores y circulan en un dominio público para
ponerlos a disposición de quienes posean
los medios y habilidades para adquirirlos,
y según también las condiciones sociales
que imponen restricciones.
Finalmente, con esta propuesta el
sentido de los productos de los medios como formas
simbólicas reproducibles y
mercantilizadas no se reduce al análisis de mensajes
sino que se amplía al análisis de las
relaciones con el contexto social en que están
determinados.
(Thompson, 2002).
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